Continuamos con nuestra serie de entradas, para divulgar edificios históricos que han sido realizados basándose en estructuras metálicas. Tras el primer capítulo dedicado a la TORRE EIFFEL hoy cruzamos el «charco» con destino a Nueva York y su espectacular PUENTE DE BROOKLYN, construcción a la que vamos a dedicar esta entrada de nuestro blog.
Este puente une los distritos de Manhattan y Brooklyn y en la actualidad es uno de los referentes turísticos de la gran ciudad estadounidense. En su momento fue considerado como el puente colgante más grande del mundo ya que mide más de 1825 metros de largo. Su construcción se alargó trece años y fue concebida para solventar los problemas que surgían cuando los barcos no podían cruzar por estar congelado el río y así dar una solución alternativa para comunicar ambos distritos, aunque en el tiempo de su construcción, tanto Brooklyn como Manhattan eran ciudades independientes.
En la actualidad el puente de Brooklyn, es un icono de la ciudad de Nueva York, en sus orígenes fue el sueño de un Ingeniero de puentes, John A. Roebling que en su momento fue el inventor del cable de alambre. El puente de Nueva York, se basa en una estructura de similares características, aunque más pequeña en la ciudad de Cincinnati, un puente que emerge sobre el Río Ohio. La plataforma del puente cuelga de una estructura metálica realizada con alambres de acero de 5 centímetros amarrados a dos grandes pares de cables de un total de 65 centímetros de diámetro cada uno. Por curiosidad cada uno de los cables puede sostener una carga de aproximadamente 12.000 toneladas.
El puente fue inaugurado en 1883 con unos costes que doblaron la cantidad presupuestada. Como curiosidad, el peaje costaba un penique, aunque en la actualidad se puede cruzar gratuitamente. Al evento acudieron más de 14.000 invitados. Se calcula que en la actualidad un total de 120.000 vehículos lo cruzan diariamente. A continuación puedes ver una fotografía con el detalle de la estructura para soportar la plataforma del puente.